Las puertas se abrieron lentamente…
– Aquí está su pago.
– No es la cantidad que acordamos.
– ¿De verdad? Sí, tiene razón. Conté mal. Permítame un momento: voy por el resto del dinero.
Después de pensarlo un momento, respondió:
– No, no se apure. Dejémoslo así. No tiene importancia.
– ¿Qué dice? Claro que tiene importancia. Le doy lo que acordamos.
– No hace falta.
Y se alejó contando sus pasos, pensando que no habría valido la pena pedirle el resto del pago, si de cualquier forma se ahorcaría esa misma tarde. Debía haber esperado una estafa desde el principio. Por mucho que le dieran, el importe siempre sería menor a lo que acababa de hacer. Pero, ¿quién tenía las peores intenciones? ¿Ellos, que lo habían comprado, o él, que había traicionado al Maestro por 30 míseros denarios?
(Publicado en el blog de Alberto Chimal)
Human Altitude
-
[image: I wonder what surviving human held the record before balloons
(excluding edge cases like jumping gaps on a mountain bridge). Probably it
was someon...
Hace 2 días
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