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lunes, 15 de agosto de 2011

¿Es Super 8 realmente la película “original” del verano?

Teaser Poster

Super 8, la última producción de Steven Spielberg y dirigida por su sucesor, J.J. Abrams, fue estrenada en estados unidos en el mes de junio, justo el día de mi cumpleaños.

En ese momento, fue considerada por muchos como una buena película, sin ser lo máximo, pero lo que más le alababan era su originalidad.

Tuvimos oportunidad de ver el citado filme el sábado pasado, por cierto, en la última función del Cinemex Palacio Chino que empezó con retraso, y debo decir que la experiencia fue muy agradable, muy divertida, pero sobre todo, muy… segura. El tema de la “originalidad” surge porque Super 8 no es un remake, reboot, secuela, precuela o adaptación de ningún material existente, sino que parte de un concepto nuevo; nunca habíamos visto nada con el título Super 8 en él, y eso la hace sonar “fresca”.

Sin embargo, en opinión de quien esto escribe, Super 8 es todo, menos original. Es como un remake de muchas películas de Spielberg, con escenas y cuadros tomados directamente de sus predecesoras, y con al menos un punto argumental y un monstruo idéntico y/o parecido a otra producción de Abrams, respectivamente.

super-8-poster

¿Eso es malo? No necesariamente. Creo que Super 8 es una película que no corre ningún riesgo, que no presenta una gran revelación, que no aporta nada a un género ya de por sí explotado, pero que lo que muestra, lo muestra de una forma visualmente muy atractiva. Su éxito está en la manera de presentar a sus personajes, sus relaciones y sus acciones.

Siempre se ha dicho que la primera impresión jamás se olvida, y es la que perdura. Por esa razón, será difícil que Super 8 supere a E.T., a los Goonies, a Jaws, a Stand By Me, e incluso a Cloverfield en mi memoria. Ah, pero no olvidemos que existen nuevas generaciones de cinéfilos en potencia, que no tuvieron la oportunidad de ver esas películas en cine, y con suerte, ni siquiera las han visto en video. Para ellos, esta podría ser toda una experiencia. Para ellos, esta podría ser la película que defina a su generación, tal como las ya mencionadas hicieran en su momento.

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Para aquellos cinéfilos insoportables que nos la pasamos buscando referencias, la película se convierte más en una trivia, un concurso en el que al final podemos mirar a Abrams y decir “you’re so clever, and so am I”, identificando la escena de la junta concejal de Jaws, o la toma final de E.T., el cameo y el reflejo característico de las películas de Abrams, la referencia a George Romero, los ojotes del monstruo tipo E.T. y su diseño tipo Cloverfield, de Cloverfield también la anécdota de “tenemos que regresar y recorrer la ciudad en ruinas para rescatar a la novia del protagonista”, el score -un perfect blend de Giacchino y Williams-, y ya de plano entrando en el terreno meta, el director infantil pidiéndole a sus actores que dejen su mejor actuación para la cámara, y no para el ensayo, punto discutido entre Abrams y Spielberg en la plática sostenida en la DGA.

Al final, Super 8 es una película totalmente recomendable, altamente disfrutable, muy entretenida y novedosa para aquellos que no hayan visto ninguna de Amblin ochentera. Definitivamente vale la pena verla en cine, por el diseño de sonido y la experiencia colectiva; cosas que, en estos días, nos hacen cuestionarnos si realmente es necesario gastar por el boleto y las palomitas, o esperar al disco. Yo creo que, en este caso, sí, es necesario y vale la pena.

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