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viernes, 18 de noviembre de 2016

Arrival. (La llegada)
Dennis Villeneuve, 2016

El día de ayer saliendo del cine, proclamé entusiasmado "¡La mejor película de ciencia ficción de todos los tiempos".

¿Es una hipérbole, una exageración, un arrebato del momento? No lo se, pero puedo decir que sigo pensando prácticamente lo mismo.

Hay que entender que nada es absoluto, no hay nada que sea absolutamente mejor que otra cosa, y más en el tema artístico, donde mucho depende de una percepción subjetiva de la obra en cuestión, y eso implica a su vez que esa percepción está influida por nuestro conocimiento previo, experiencias, imágenes que traemos y que usamos para precisamente interpretar todo. Así que en este momento, Arrival es la mejor película de ciencia ficción de todos los tiempos, para mi.

Basada en una historia corta de Ted Chiang llamada "La historia de tu vida", a primera vista el tema de la película es bastante trillado, incluso tal como lo muestran los cortos: naves espaciales aparecen en la tierra, y alguien tiene que hacer algo antes de que todo explote en pedazos. La diferencia es quien, en este caso, será el responsable de ese "algo". Amy Adams interpreta a Louis, una lingüista experta en traducciones que será la responsable de comunicarse con Pepe Marciano, o quien sea que venga en las navezotas, y de ella dependerá en gran medida el futuro de la humanidad.


Sobra decir que a partir de este punto comienzan los destripes, o spoilers para todos aquellos que no la hayan visto, así que vayan, vayan, y luego sigan leyendo.

El tema central de la película, el mensaje con el que quiere que salga uno, es que a pesar de cualquier tragedia que vivamos, cualquier incidente negativo que nos pudiera hacer cuestionar nuestras decisiones y acciones, y preguntarnos si vale la pena vivir, la respuesta es siempre un rotundo SI. Las experiencias positivas, el amor que podamos dar y recibir en cualquier momento dado, siempre será mayor que el sufrimiento ocasionado por pérdida de ese ser querido, por ejemplo. Y es a esos recuerdos positivos a los que debemos apelar cuando sintamos flaquear nuestra voluntad o ánimo de vivir.

Bastante heavy para una película palomera de marcianos, ¿no?

La lista de puntos que recorre dentro de los tropos de la ciencia ficción son varios. Llegada de los marcianos: check. Uso de la ciencia para resolver el problema: check. Presentar teorías sobre como el lenguaje afecta nuestra percepción de la realidad: check. Alienígenas fundamentalmente distintos a los humanos: check. Paradojas temporales: check. Percepción del tiempo como no lineal: check. Reflexión sobre el momento actual (redes sociales, monito con máscara de Guy Fawkes protestando, bombas puestas por soldados influidos por un vlogger, medios de comunicación): check. Mensaje esperanzador sobre el futuro de la humanidad si deja de lado sus diferencias y aprende a comunicarse: check.

Y además, la cinematografía es bellísima, la actuación de Adams es arrebatadora, los efectos son discretos pero efectivos, la edición es magistral. El ritmo de la película va subiendo hasta pasos frenéticos que al final lo tienen a uno al filo del asiento. Para alguien que lloró como magdalena al inicio de UP, el inicio de Arrival puede ser tan o más devastador, pero además aquí esa secuencia inicial está total y completamente ligada con el tema y trama de la película hasta el final.

El director no da demasiadas concesiones, la película es hard sci-fi, y es heredera de filmes como Encuentros Cercanos de Spielberg, o Señales de Shyamalan, y de libros como Empotrados de Ian Watson y su intento por registrar la realidad a través del lenguaje o Los Propios Dioses de Asimov y los esfuerzos para comunicarse con seres interdimensionales inconcebibles para nosotros, y la percepción del tiempo simultánea del Dr. Manhattan del Watchmen de Alan Moore o del Kwisatz Haderach de Dune, y la jerarquía del extraño de Orson Scott Card, quien dice que cualquier inteligencia con la que la humanidad no pueda comunicarse debe ser considerada Varelse, una amenaza que intentará exterminarnos, y solo hasta que se pueda establecer comunicación entre las especies, podrá esta ser considerada como Raman, una inteligencia diferente a nosotros pero con la que se puede convivir.

Supongo que no es para todos los gustos, unas señoras sentadas al lado mio en el cine se salieron poco después de la mitad de la película, pero creo que en estos tiempos en que el presidente de EU es un xenófobo, y quiere nombrar como secretario de educación a un creacionista, la divulgación de este tipo de historias no solo es necesaria, sino obligatoria.

*****

lunes, 28 de marzo de 2016

Batman Vs Superman: El Origen de la Justicia: Opinión.



Es complicado. Cuándo la sensación colectiva (tuya y de tus cuates) al terminar la pelíula es "Fiuu... pudo haber sido peor", no es muy buena señal.

Antes de continuar, aviso como es mi costumbre que habrá destripes en esta publicación, así que si no quieren enterarse de lo que pasa, la recomendación es simple: vayan a verla, que los reportes de que es la peor película en la historia son totalmente erróneos. Que les guste o no, ya dependerá de otros factores.

¿Por qué pudo haber sido peor? Porque a pesar de que #inSnyderWeTrust, los cortos mostraron ciertas cosas que así de entrada parecían patadas de ahogado por parte de WB para atraer a los fans del Universo Cinematográfico de Marvel, para atraer a los fanboys de DC a quienes no gustó Man of Steel, para atraer al público en general a una película que lleva 64 años preparándose: el encuentro en cine de Batman y Superman.
¿Qué cosas daban intranquilidad? Veamos, ¿Es o no es secuela directa de Man of Steel? ¿Si es Batman v Superman, por qué está ahí Marvila? ¿Y por qué anunciaron a Cyborg, y a Aquaman, y a Flash? ¿Es la liga de la Justicia? ¿Luthor va a volver a ser un monito cómico? y lo principal (para mi) ¿Van a desperdiciar a Doomsday? Porque mostrar a Doomsday sin matar a Superman sería un desperdicio, y no creo que por mucho se atrevan a... oh...

Entonces, una vez vista la película y respondidas estas preguntas, uno entiende y al final parece que sí teníamos razón en confiar en Snyder... hasta cierto punto.


Snyder se atrevió. Se atrevió a hacer lo que en cine de superhéroes no se había hecho hasta ahora. Y si nos ponemos a debatir con él, seguramente nos podrá referenciar cada viñeta de cada cómic de 1938 a la semana pasada en la que vemos que Batman si ha matado, o que ha usado gabardina, o que Superman sufre, que Luthor es pelirrojo, y hasta que las World's Finest Mamas son tocayas.

Poco le importó que la mayoría de la gente no sepa de dónde viene Darkseid, o por qué es significativo ese símbolo Omega en el piso, o quién es Cyborg, o que muchísimas escenas sean idénticas al comic, o la escena en el senado esté inspirada en el Kingdom Come de Alex Ross. Lo que quiso fue contar una histora de comics, basada en comics, para lectores de comics.

¿Y qué obtuvimos? Pues por primera vez Bruce y familia van a ver el Zorro al cine; una Mujer Maravilla que es una amazona y disfruta pelear; un Doomsday producto de clonación kryptoniana; un Flash viajando al pasado para advertir de una ¿crisis?; unos Clark y Lois viviendo juntos enamorados; un Batman vestido, peleando, moviéndose, deduciendo e investigando como en el cómic; un Alfred paternal y sarcástico; y una buena, si corta, adaptación de la Muerte de Superman y el Funeral para un amigo, ahí si, casi cuadro por cuadro. Y todo esto es muy bueno, de eso a mí no me queda duda.

¿En qué falló? En lo cinematográfico. Porque atreverse a tanto no automáticamente implica que la película sea técnicamente buena. Le falla el ritmo, la historia medio se sostiene, las motivaciones de Luthor y Batman nunca son muy claras, la "ciencia ficción" con trabajos se justifica. Y la resolución del conflicto titular en lo personal me pareció muuuy cursi. Como tu mamá se llama igual que la mía entonces ya somos superamigos... come on.

A mi gusto, sí le faltó el ritmo paciente que Marvel ha perfeccionado con sus fases. Porque al final, muchos se quejan de que Superman no es el héroe luminoso que todos conocemos, y de que Batman es demasiado oscuro. Ah, pues lo que no vemos es lo que solo se sugiere: en los 18 meses que hay entre Man of Steel y Batman V Superman, hay episodios donde Superman salva gente, salva gatitos de los árboles, la gente lo quiere y él es feliz. Para mi esa debió haber sido la secuela directa de Man of Steel.

Habrá que esperar a la edición Ultimate, como hizo el propio Snyder con Watchmen, para ver si la historia y/o el ritmo mejoran.

Al final ¿qué queda? Pues los records rotos en taquilla, un tomatómetro de 29%, tres por ciento más alto que Superman III y más bajo por mucho que Superman Returns (76% ¿en serio?), y la filmación de JLA que está anunciada para comenzar el 11 de abril.

Desafortunadamente Snyder ha declarado que una de las razones para matar a Superman fue para que específicamente sea Batman el que reuna a la liga, y eso en mi opinión sí va totalmente en contra de lo que ambos personajes representan.

Mi gusto por Superman data de cuando me llevaron al cine a ver las películas de Reeve, me compraron mi traje de Superman y mi papá me llevaba volando por la casa mientras tarareábamos el tema de John Williams. Ahora que lo sobreanalizo todo, entiendo que lo que me gusta del personaje es su heroísmo nato, su liderazgo natural, que es algo independiente de si tiene poderes o no. Él hace lo correcto porque es lo único que puede hacer, su educación y valores así lo condicionan. Desafortunadamente, parece que en esta época un héroe con esos valores está fuera de lugar. Esperemos, dándole nuevamente el voto de confianza a Snyder, que eso quede corregido al final de esta aventura cinematográfica.

Mientras tanto, ¿qué van a hacer cuándo no estén salvando al mundo?

martes, 2 de febrero de 2016

CREED


Es curioso pensar cuántas veces se puede hacer una misma pelicula, y si está bien hecha, seguir disfrutándola. Lo anterior puede aplicar a Star Wars Episodios IV y VII, a Superman vs Man of Steel, Siete Samurai vs Magnificent Seven vs Bichos vs Galaxy Quest, el extraño caso de James Bond, y por supuesto, Rocky vs sus secuelas.

 

 Hace diez años vi por última vez una película de Rocky en el cine, la cual disfruté como hacía mucho no lo hacía a una Rocky. 30 años después de su debut, Rocky Balboa regresaba como el personaje intrínsecamente bueno y noble que siempre ha sido, con "demonios" todavía que enfrentar, y la película cerraba la saga en una manera tierna y satisfactoria.



Si en ese momento, mientras enjugaba las lágrimas, me hubieran dicho que 10 años después Rocky regresaría a las pantallas, no lo hubiera creído, o hubiera pensado que para qué, ya que definitivamente nunca iba a generar una historia tan buena y/o del mismo nivel que la que acababa de ver.

Craso error.

Casi 40 años después de su primera aparición, Rocky regresa al cine, no como protagonista, y no como algunos podrían pensar, como cameo glorificado. No, llega como actor de reparto, y en este caso me gusta más la acepción en inglés del mismo término (supporting actor), ya que toda la película, el director y los protagonistas se apoyan en él.

 Creed (Corazón de campeón, nombre telenovelezco inevitable en este país) gira en torno al hijo de Apollo, y vista de manera simplista, es un refrito de la Rocky original: un "don nadie" que quiere hacerse un lugar en el mundo del boxeo por sus propios méritos recibe la increíble oportunidad de oro de enfrentarse al campeón, mientras intenta conquistar a la chica que él sabe será el amor de su vida.

 

Quien entienda la historia de Rocky, sabrá que no es una película sobre boxeo, sino una romántica historia de amor, de amistad y de familia, enmarcada por emocionantes montajes de entrenamiento y una pelea final.

Y sí, Creed hace check en cada uno de esos puntos, pero lo hace desde una perspectiva nueva, honrando la tradición pero apuntando hacia el futuro.

En una entrevista el director Ryan Coogler comentó que para él Rocky siempre fue parte de su cultura familiar, pero que, como afroamericano, quien era el héroe a seguir era el propio Apollo. Eso es evidente en la nueva película, que no fue ni escrita ni dirigida por Stallone. El enfoque sin ser "racial", si es distinto a lo que se había visto hasta ahora, y en mi opinión eso es muy bueno, ya que vuelve refrescante la premisa.

La genialidad de los realizadores estriba en el excelente balance entre lo viejo y lo nuevo, Rocky y Creed, Hip-hop y Bill Conti, la forma de que cada referencia surge de manera natural dentro de la propia historia, y no forzada como un servicio a los fans. Michael B. Jordan es excelente como Adonis Creed, que siempre aparece simpático y de forma casi instantánea cae bien solo de verlo.

¿Y Stallone? Brutal. Más allá de la caracterización y maquillaje que porta a través de la película, su profundo conocimiento del personaje lo vuelve entrañable a un nivel familiar. Cada paso, cada frase, cada mirada, está cargada de los casi 40 años que lleva Rocky en este mundo, y para los que hemos seguido su historia, cada paso, cada frase y cada mirada pesan y traen la nostalgia de lo que ya fue, y la certidumbre y el temor de lo que vendrá. Mérito evidente del director el haber convencido a Stallone de regresar, y de utilizarlo como consultor para poblar ese universo tan familiar.

De la última vez que pensé que no volvería a ver a Rocky en una nueva historia, al día de hoy en que agradezco mi equivocación, aprendí que no puedo decir si esta historia tendrá o no una continuación, y si valdrá la pena o no. Así que por el momento, me retiro de la arena coreando en mi mente "Rocky - Creed - Rocky - Creed... " y tarareando la fanfarria de Rocky.


PD: Si por casualidad se les salieron las lágrimas en Rocky Balboa, prepárense porque en Creed de plano no tuvieron piedad con la secuencia de las escaleras.